La carrera por mitigar el cambio climático y la crisis ambiental global está moviendo a la búsqueda de nuevas fuentes de recursos sustentables para todo tipo de industrias. Y la cosmética ha encontrado en los residuos alimenticios una fuente casi inagotable de ingredientes naturales, que de otro modo serían simplemente basura.
Las posibilidades son incontables si se considera que cada año se desperdicia el 14% de todos los alimentos del mundo. Algo así como 1,300 millones de toneladas. Cuando se desechan causan un impacto ambiental equivalente al 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Algo que podría parecer increíble es que por razones estéticas, al menos un tercio de la producción hortícola total de la Unión Europea se descarta. El motivo es que no cumple con las normas de calidad, es decir, porque tienen mala apariencia para venderse en supermercados. En el resto del mundo ocurre algo similar con las frutas y vegetales ‘feos’.
Una manera innovadora como la industria de la belleza y cuidado personal está abordando este problema es mediante la recuperación de esos desechos. Es lo que se ha llamado Upcycling o reciclaje creativo, y en poco tiempo ha ido ganando adeptos en la cosmética.
“El objetivo de la práctica de Upcycling es revalorizar objetos o materias que se desechan para darles una segunda vida. A diferencia del ‘Recycling’, que se centra en recuperar determinadas materias modificando la forma original del producto para crear otros”, explica Ana Ledesma, Communications Officer de la International Natural and Organic Cosmetics Association (Natrue).
Residuos alimenticios, veta de ingredientes
En la industria de la belleza el Upcyling se centra en el uso de materias primas desechadas del sector de alimentos —destaca Ana Ledesma. De estas se extraen ingredientes ricos en nutrientes que pueden utilizarse en cosmética natural y ecológica.
A la fecha, prácticamente todos los principales fabricantes de activos cuentan con alguno extraído de residuos alimenticios: Symrise, Givaudan, Croda, BASF o IFF. Esto sin contar las marcas independientes que han basado su core business en la creación de ingredientes upcycled de residuos alimenticios o subproductos de otras industrias como lo hace Keracol Limited o Full Circle.
El tema Upcycling se considera una de las ‘hot trends’ en el mercado cosmético. La necesidad de un mundo más limpio y con menos residuos anima a los consumidores a buscar productos con un propósito. El 68% de los consumidores globales busca identificar productos con ingredientes de origen sustentable», dice Cristiane de Moraes, Regional Product Manager Botanicals & Colors Latam Cosmetics Ingredients Division de Symrise.
Un ejemplo de los residuos que se recuperan son las cáscaras de cítricos; son fuente de vitamina E y flavonoides, tienen propiedades antimicrobianas, por lo que funcionan como conservantes naturales. De los desechos del aceite de oliva se obtienen polifenoles con gran capacidad antioxidante. Además de activos que protegen la piel contra el daño oxidativo y promueven la producción de colágeno.
Otros residuos como los posos de café sirven a manera de exfoliante natural. Los restos de cáscaras o granos de café no utilizados son fuente de antioxidantes y activos de protección UVB.
Las posibilidades son tan grandes como la variedad de alimentos desechados. Por ejemplo, el almidón de arroz se usa para polvos matificantes, la pulpa de grosella negra para tintes de cabello sostenibles. Incluso, se cuenta con tecnología para extraer aceites y proteínas del salmón que no se ha vendido.
Actualmente el uso de ingredientes upcycled es más común en productos para el cuidado facial y corporal como jabones o sérums. Pero a decir de Ana Ledesma, es previsible que en el futuro se incorporen en otro tipo de productos dependiendo de su composición y compatibilidad con las fórmulas de estos.
Los retos del Upcycling
Como cualquier otro ingrediente, los que se obtienen mediante Upcycling deben cumplir con los mismos estándares de calidad y seguridad que cualquier otro ingrediente cosmético. Y están sujetos a las normativas del mercado respecto a seguridad, etiquetado, envasado, entre otros.
“Otro tema importante a considerar es la conservación de estas materias primas, las buenas prácticas de manejo y calidad, así como la trazabilidad de la cadena productiva, debe garantizar el mantenimiento de la seguridad del producto final”, comenta Cristiane de Moraes para Perfumería Moderna.
Estos ingredientes upcycled realmente no representan un reto para la formulación de productos cosméticos, porque los fabricantes las entregan listas para su incorporación como cualquier otro tipo de activos.
El desafío principal, comenta Ana Ledesma de Natrue, es la adaptación del flujo de materias primas obtenidas del Upcycling. Estas deben ser frescas, libres de gérmenes y de cualquier contaminación posible para que puedan procesarse y usarse en los productos cosméticos.
Los residuos —complementa la especialista de Symrise— se deben tratar como materia prima y no como un desecho porque esto marca la diferencia en la calidad final del producto que llegará al consumidor.
Conciencia empresarial
La consultora especializada en empresas sustentables, Ecovia Intelligence, prevé que con el impacto de la pandemia en la cadena de suministro de ingredientes cosméticos, más empresas desarrollarán cadenas regionales, lo que aumentará el Upcycling en la industria.
Como sea, más que beneficios o ventajas, el Upcycling es un tema de conciencia empresarial, en opinión de Cristiane de Moraes. Se trata de producir más con el mínimo de recursos, impactando menos en el medio ambiente y agregando valor al ingrediente.
“El Upcycling llegó para quedarse. Como investigadores, académicos, emprendedores, no podemos permitir el desperdicio de material, es decir, lo que es desecho para un sector particular de la economía puede ser materia prima para otro. Esta es una visión que debemos promover, para que cada vez podamos tener más ingredientes sostenibles con menos huella ambiental y social”, afirma.
Ana Ledesma coincide en que recuperar materias primas desechadas por la industria alimentaria es sin duda una acción primordial para impulsar el perfil sostenible de la cosmética del mañana.
Enfatiza que la colaboración entre las industrias de alimentos y cosméticos, basada en la innovación tecnológica, será clave en el futuro cercano para seguir impulsando la tendencia del Upcycling.
“Una mayor colaboración entre las diferentes industrias y el creciente interés de los consumidores en productos de belleza circulares ‘buenos para las personas y el planeta’, pueden definir el desarrollo de la ‘belleza circular’ en los próximos años”, asegura la especialista a Perfumería Moderna.