El exposoma está cobrando cada vez más importancia en la investigación dermatológica. Sin duda en los próximos años será una fuente de innovación para la industria cosmética y de cuidado personal, porque ahí podría estar la clave del envejecimiento.
El concepto —desarrollado en 2005 por Christopher P. Wild, director de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer— se refiere al conjunto de factores ambientales a los que está expuesta una persona desde su concepción hasta el final de su vida. En torno a esto se ha desarrollado una serie de estudios multidisciplinarios con resultados sorprendentes.
Si antes se creía que la genética era la responsable de la senescencia, ahora se sabe que las agresiones diarias propias del medioambiente y los estilos de vida son responsables del 80% del envejecimiento de la piel; y solo el 20% es consecuencia de la genética de cada persona (Gráfica 1).
“El exposoma es el conjunto de exposiciones a las que está sometida una persona desde que es concebida hasta su muerte. Entonces la piel es el primer contacto con el medio ambiente, y el cuerpo es la principal ruta de acceso de todos los factores externos como las sustancias químicas, la radiación solar, el frío, el calor, la contaminación, incluso la cosmética”, explica Mariela Galicia, dermato-oncóloga y cirujana dermatóloga del Centro PielClinic.
Lo anterior, sumado a factores internos como el estrés, la dieta, la actividad física, cambios hormonales y el tabaquismo que cada persona padece o practica a lo largo de su vida, forman el exposoma. Aunque falta mucho por investigar, hoy se sabe que tienen un impacto directo sobre la piel, asegura la especialista.
La investigación se amplía
Ana María Molina, dermatóloga del Hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid, y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, explica por su parte que todos esos factores tienen un mecanismo similar, ya que provocan un estrés oxidativo que termina activando las metaloproteinasas de la dermis, enzimas que degradan el colágeno y la elastina, ambos considerados el cimiento de la piel.
Menciona que diversos estudios ya han confirmado que el exposoma es responsable de múltiples enfermedades crónicas, de hecho, se estima que la mitad de la mortandad global se puede atribuir a las exposiones mencionadas. Y también estas son determinantes en el envejecimiento de la piel, lo que ha despertado mayor interés en la industria cosmética y de belleza.
“Estudios recientes han demostrado que algunos de estos factores dañan la piel diariamente, como los rayos UVA que nos bombardean constantemente sin importar el clima o el lugar; otro es la contaminación, que tiene un impacto biológico clínico sobre la piel y puede causar estrés oxidativo, asociado con el acné, con una tonalidad desigual en la piel, sensibilidad, arrugas, y más síntomas visibles del envejecimiento de la piel”, comenta Mariela Galicia para Perfumería Moderna.
La relevancia de este campo emergente de investigación es tal que entre 2013 y 2017, la Comunidad Europea financió el Proyecto Helix, uno de los estudios más grandes realizados para conocer los efectos del exposoma en los primeros años de vida del ser humano. En febrero de 2020 se creó la red Human Exposome Project de la Unión Europea.
Si se habla de marcas, L’Oréal también ha sido muy activa en el estudio de los factores medioambientales en la última década. A través de su marca Vichy Laboratoires está estudiando el impacto de los factores externos e internos en la salud cutánea, al tiempo que está creando nuevos productos; incluso, en octubre pasado realizó la Primera Cumbre Exposoma, donde expertos internacionales presentaron lo último sobre el tema.
Babé Laboratorios es otra marca que cuenta con la línea HealthyAging, creada para responder a los efectos del exposoma. La marca dermocosmética Uriage diseñó una serie de productos Age Protect para combatir el envejecimiento y los daños causados por la luz azul. También Cantabria Labs desarrolló la línea Endocare para contrarrestar el impacto de la contaminación, la luz azul, el tabaquismo, entre otras exposiciones.
Los siete factores
Un artículo científico sobre el exposoma y el envejecimiento de la piel, de Jean Krutmann y otros autores, identifica siete factores que conforman el exposoma. Ana María Molina, quien participó recientemente en una charla auspiciada por Cantabria Labs —laboratorio de dermocosmética con presencia en 35 países, incluido México— describe a continuación los siete factores (Gráfica 2).
Radiación solar
Entre las exposiciones esta es quizá la más importante, ya que comprende los rayos ultravioleta (UVA, UVB y UVC), cuyos efectos en la piel se han estudiado desde hace muchos años.
También incluye la radiación infrarroja y la luz visible (verde, roja y azul). En particular, la luz azul que emiten los dispositivos móviles produce estrés oxidativo y degradación del colágeno. Esto favorece la aparición de arrugas y pigmentación dado que es un importante inductor de los melanocitos.
Contaminación
Se relaciona con la aparición de manchas y arrugas debido a la cantidad de partículas y agentes contaminantes que aceleran la senescencia celular, provocando daños cutáneos y a nivel capilar.
Tabaquismo
No sólo por el gesto que se hace al fumar, sino porque el humo en sí es un factor del exposoma de la piel comparable a la radiación solar que produce arrugas y manchas, así como una piel con menos luminosidad.
Nutrición
La alimentación influye en la manera en que las personas envejecen. Se ha identificado, por ejemplo, que el azúcar es uno de los alimentos más dañinos, ya que circula por la sangre y es capaz de reaccionar con el colágeno y la elastina de la dermis. A través del proceso de glicación, el azúcar acelera el envejecimiento.
Falta de sueño
Dormir pocas horas también afecta la piel. La falta de descanso nocturno aumenta el cortisol, el cual junto con las hormonas sexuales que también se alteran, provocan la aparición de acné y envejecimiento.
Estrés
No sólo a nivel físico sino también mental, el estrés es perjudicial para la piel. Al igual que la falta de sueño, el estrés provoca una sobreproducción de cortisol que inhibe la producción de queratinocitos y hace más lenta la renovación cutánea.
Temperatura
El calor en exceso acelera el envejecimiento, de hecho, la exposición de la piel a temperaturas elevadas de forma mantenida y crónica tiene un efecto negativo directo en la piel.
Según Ana María Molina, un factor más que no está contemplado en los siete principales, pero que se considera cada vez más, es la dermocosmética. Es decir, todos los productos cosméticos o dermatológicos que una persona utiliza a lo largo de su vida tienen un impacto en la salud de la piel.
En definitiva, con una mayor comprensión de la relación entre el entorno y la salud física, la investigación sobre el exposoma contribuirá a mejorar las estrategias de prevención de enfermedades de la piel, y será un área de innovación para la industria cosmética.