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Los envases cosméticos recargables se han convertido en una opción para que las marcas enfrenten el grave problema de la contaminación plástica. Estos empaques buscan ayudar a reducir el impacto ambiental y a atender las demandas de los consumidores en materia de sostenibilidad.
La industria de belleza y cuidado personal genera cada año más de 120,000 millones de envases a nivel global, muchos de los cuales no son reciclables. Hoy las marcas saben que el problema de la disposición final de estos residuos pasa por revisar el diseño de sus empaques para avanzar en la solución.
Por fortuna, hay ejemplos de iniciativas que impulsan el desarrollo de envases sostenibles que ayuden a reducir el impacto ambiental. Pero el camino hacia la sostenibilidad no está exento de retos.
El mercado global de belleza alcanzó un valor de 341,100 millones de dólares en 2020; y se espera que en la siguiente década llegue a los 560,500 millones. Esto, de acuerdo con Plastic Pollution Coalition, implicará también un aumento en los residuos generados por el sector.
La presión para que las marcas sean corresponsables en este desafío va en aumento. Grandes fabricantes de productos cosméticos y cuidado personal se han sumado al Compromiso Global por la Nueva Economía del Plástico. Este esfuerzo es liderado por la Fundación Ellen MacArthur y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El tiempo avanza y las empresas firmantes deberán cumplir con algunas metas para 2025:
- Eliminar envases plásticos innecesarios.
- Innovar para garantizar que el 100% de sus envases y empaques de plástico sean reutilizables, reciclables o compostables.
- Cerrar el círculo de los plásticos al reutilizarlos y reciclarlos para convertirlos en nuevos envases o productos.
Actualmente, más de 500 organizaciones —que en conjunto producen 20% de todos los envases plásticos del mundo— se han sumado a este acuerdo. Entre ellas figuran: Beiersdorf, Colgate-Palmolive, Essity, Henkel, Johnson & Johnson, L’Oréal, L’Occitane, Natura, Reckitt y Unilever.
El informe más reciente de la Fundación Ellen MacArthur destaca que las compañías de cosmética, cuidado personal y del hogar trabajan en modelos de reutilización. En particular en formatos recargables y estaciones de refill en tienda. Sin embargo, señala que estos esfuerzos todavía no están en una escala significativa para eliminar los envases de un sólo uso.
“Los signatarios deberán aumentar su enfoque en la eliminación completa del empaque y la implementación de modelos de reutilización en el futuro”, advierte la Fundación.
Envases rellenables y recargables se abren camino
Para hacer frente a sus compromisos de sostenibilidad, pero sobre todo al escrutinio de los consumidores conscientes del impacto ambiental de la industria, las marcas de belleza están volteando hacia una solución que parece cobrar auge en estos días: los envases cosméticos rellenables y recargables.
Mirelle Orpinelli, Latin America Communications & Digital Marketing Manager de Aptar, destaca que después de la pandemia los consumidores han empezado a estar más conscientes de la necesidad de cuidar el planeta. Es decir, buscan productos más limpios y seguros, pero también envases sostenibles.
Esto no es nuevo, en América Latina la brasileña Natura & Co tiene varios años ofreciendo productos en refill, así como repuestos en sus líneas Ekos, Plant, Lumina, Chronos, entre otras. Grupo Boticario, en colaboración con el fabricante de envases Aptar, también lanzó las fragancias O.U.I para refill en envase de aluminio y ofrece recargas para otros productos.
La investigación y desarrollo de envases más sostenibles también se ha acelerado. El objetivo es ofrecer facilidad para la recarga, reducir el desperdicio de producto y ampliar el campo de aplicación de envases cosméticos rellenables o recargables.
En el caso de Aptar, alrededor del 3% de sus ingresos los destina a la creación de envases más sostenibles. Entre sus innovaciones figuran labiales recargables, sticks, compactos de maquillaje y cápsulas para concentrados de producto. También ha desarrollado envases recargables para fragancias, entre otros.
“A nivel global están muy de moda los envases rellenables para cosmética porque son una presentación limpia. Por eso las empresas están requiriendo este tipo de envases. En Aptar nos preguntan qué opciones recargables tenemos o que hagan más fácil de rellenar el producto. Antes era más para perfumería, pero ahora lo vemos para todos los campos de aplicación”, asegura Orpinelli.
Marcas y proveedores se alían para lanzar envases cosméticos recargables
Para crear nuevas soluciones, por lo general las marcas colaboran de manera estrecha con empresas de empaque. Es el caso de L’Occitane y la startup Jean Bouteille. El sistema de recarga para alimentos de esta última se convirtió en la base para crear el sistema de refill de productos de cuidado personal de L’Occitane.
Dove también logró un desodorante con envase recargable gracias a su alianza con la consultora en diseño VanBerlo y la Asociación Plastic Planet. A las empresas les tomó dos años hacer realidad un envase de acero inoxidable con un diseño atemporal para usarse de por vida. Las marcas Old Spice y Secret de P&G también presentaron sus estuches recargables basados en un sistema push-pop en un tubo de papel reciclable.
Pero esta tendencia no es exclusiva de las grandes compañías. Las marcas independientes también tienen sus propias iniciativas. Refill Lab nació precisamente con la misión de ofrecer productos de cuidado personal y del hogar en envases rellenables.
La marca mexicana Remedios del Bosque también cuenta con una iniciativa de recarga de sus productos en algunas tiendas del país. Los ejemplos son muchos y muy variados. En el mundo cada vez son más las marcas de belleza que se enfocan en reducir el impacto ambiental.
“En Europa o Estados Unidos hay mucha oferta. Y acá en Latinoamérica empezamos a tener este tipo de envases. Es una curva donde el consumidor debe entender el valor y también contribuir para tener un mundo más sostenible. Creo que en un futuro va a ser una cosa normal, el refill va a ser parte del día a día de los consumidores”, afirma Mirelle Orpinelli.
Entre la disminución de residuos y la seguridad del consumidor
Un estudio del Life Cycle Assessment Center de los Países Bajos, reveló que si todos los fabricantes de cosméticos del mundo adoptaran un sistema de reutilización y recarga en sus productos cosméticos, esta industria eliminaría el 70% de sus emisiones totales de CO2.
Pero la solución no es sencilla. Los envases cosméticos rellenables y recargables conllevan cierta complejidad para garantizar la seguridad de los productos. Y de este modo contribuir realmente a la reducción del impacto ambiental.
María Violante, CEO de Remedios del Bosque, creó la marca en 2012 para ofrecer productos de cuidado personal a partir de la tradición herbolaria mexicana, pero hechos de principio a fin de forma sostenible.
Con dos tiendas propias y 60 distribuidores en el país, actualmente cuenta con un catálogo de 40 productos. De estos, ocho son de refill, incluyendo tres desodorantes. Aunque comenzaron usando PET en sus envases, hoy todos se entregan en vidrio color ámbar porque ayuda a conservar los componentes de los productos.
Desde el principio, se buscó recuperar los envases y motivar a sus clientes a reutilizarlos. Se recibían envases de todo tipo para reciclar, hasta que notaron que movilizar todo esto implicaba una mayor huella de carbono.
Además, se dieron cuenta de que los envases recuperados de su marca, no podían volverse a utilizar para cosmética. Por razones de higiene y microbiología, rellenar un envase usado es un riesgo de contaminación para el producto y un problema para el usuario.
“Lo que decidimos fue que íbamos a reutilizar esos mismos envases pasando un proceso de esterilización adecuado para productos de uso tópico, pero no cosmético”, explica María Violante.
El camino andado por Remedios del Bosque
En octubre de 2021, Remedios del Bosque lanzó su Zona Refill en tres puntos de venta para motivar a los clientes a reducir su huella ambiental. El 70% de sus clientes son recurrentes y muchos de ellos querían productos para refill.
Para esta iniciativa se reutilizan los envases de la marca que el usuario lleva a rellenar. Las fórmulas desarrolladas para refill son champú, acondicionador, crema corporal, jabón líquido, repelente y desodorante.
“Los productos para rellenar son principalmente aquellos donde podíamos tener más control de bacterias. Por ello son productos donde nunca entra la mano humana, pues siempre están cerrados y se utiliza el dispensador”, explica María.
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Además del tema bacteriológico, Zona Refill ha mostrado que todavía existe en el país una cultura que está en proceso de adaptación a nuevas formas de consumo. El refill requiere una dinámica distinta para el consumidor, y es necesario reaprender.
La marca necesita hacer un enorme esfuerzo de comunicación asertiva para que los clientes entiendan los beneficios del refill. Por otro lado, esta iniciativa tiene un costo que en principio tarda en recuperarse. “Es un poco dar un salto al vacío y confiar en que va a traer más cosas positivas. Es una forma de nutrir nuestros valores de marca y poder compartirlos con nuestros clientes”, dice.
Aun así, María Violante espera expandir Zona Refill a través de sus distribuidores, y también con la apertura de una tienda más en la Ciudad de México. En su opinión, más allá del tema de las bacterias en los envases rellenables, lo importante es comunicar la importancia de la reutilización de los envases. Y así promover el refill para productos que no tengan riesgo de contaminación.
