Mientras las grandes marcas toman con cautela los avances en la regulación del cannabis alrededor del mundo, las marcas cosméticas independientes están impulsando este mercado con una variedad de productos innovadores.
En los últimos años el cannabidiol (CBD), uno de los 113 cannabinoides más abundantes de la planta y que no es psicoactivo, ha atraído el interés de la industria de la belleza por sus propiedades.
“El CBD ahora está ganando aceptación como ingrediente natural en las formulaciones con una variedad de beneficios cosméticos y de bienestar, al ser antiinflamatorio, antioxidante, antibacterial, antisebo, anticontaminación, promotor del colágeno, y como antídoto contra la ansiedad y el estrés”, asegura el estudio Disrupting Beauty, de la firma de inteligencia de mercado del cannabis, Prohibition Partners.
Diversos estudios han demostrado su potencial en el tratamiento del acné, la piel sensible, el eccema, la psoriasis y las erupciones en la piel, incluso, como auxiliar contra los signos del envejecimiento, por lo que en 2018 sólo el segmento de cuidado de la piel basado en CBD alcanzó a nivel mundial un valor de 710 millones de dólares, y para 2024 podría llegar a 959 millones de dólares.
Las estimaciones de Prohibition Partners indican que los productos para el cuidado de la piel con CBD podrían representar el 10% de las ventas mundiales de esta categoría en los próximos cinco a 10 años.
Aunque el CBD está cobrando fuerza como ingrediente cosmético, el aceite de cáñamo se ha utilizado típicamente desde hace décadas para nutrir e hidratar la piel. Y a pesar de la falta de certeza regulatoria, las marcas independientes están creando productos innovadores con CBD como una propuesta atractiva para el consumidor.
El cuidado de la piel es la categoría más grande para aceites, cremas para la piel, lociones, jabones, protección solar y sueros a base de CBD, y la mayoría de los nuevos lanzamientos se enfocan en solucionar problemas como el acné, la inflamación de la piel y la rosácea.
Prohibition Partners destaca que entre otras categorías prometedoras se puede mencionar el maquillaje nutritivo e hidratante con CBD, los acondicionadores para el cabello y los productos para ducha/baño que ofrecen beneficios adicionales para el bienestar como calmar, relajar los músculos e incentivar el sueño.
Marcas independientes a la vanguardia
Hasta ahora Estée Lauder, L’Oréal y Unilever son las primeras grandes compañías cosméticas que ingresan al mercado de belleza del CBD, con productos que si bien no son importantes en el mercado, son un paso cauteloso hacia este mercado aún no regulado. Origins Hello Calm y Kiehl’s también lanzaron un producto conjuntamente para probar el mercado antes de meterse de lleno a esta categoría.
El informe Disrupting Beauty pronostica que las grandes empresas de cuidado personal y belleza optarán por incubar, adquirir o establecer joint ventures con otras empresas más pequeñas o independientes para aprovechar el mercado de la cannabis.
En tanto, las marcas independientes han inundado el mercado con ofertas, no sólo para el mercado femenino, sino también para hombres, personas maduras, millenials y generación Z, atletas, practicantes de yoga y usuarios de spa’s, etcétera. Entre ellas están Milk Makeup, Saint Jane, Vertly, Cannuka, Canopy Growth, Perricone MD, Scotch Porter, Kush Queen, Cannablis Organic, por mencionar algunas.
“Una enorme precaución y escepticismo rodea el uso de CBD en cosméticos, por lo que relativamente pocas marcas importantes han experimentado con productos basados en CBD, y mucho menos con líneas completas. En la actualidad, el sentimiento es el de ‘esperar y ver qué pasa’ con respecto a la regulación, y hasta que se entienda más sobre las propiedades del CBD en los productos tópicos”, asegura Prohibition Partners.
El estatus de la regulación
A nivel mundial, Uruguay fue el primer país del mundo en legalizar el uso, cultivo y producción de la cannabis tanto para uso médico como recreativo en 2013, sin embargo, de entonces a la fecha aún está en desarrollo una industria alrededor de esta planta.
Otros países como Canadá, Colombia, Perú o algunos estados de los Estados Unidos ya han legalizado la cannabis, no obstante, de todos ellos es quizá Canadá el más adelantado en la industrialización de la planta.
En el caso de México, desde 2017 se legalizó la cannabis para uso medicinal, sin embargo, sigue pendiente la elaboración y publicación de los reglamentos por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) para la importación y comercialización de los mismos.
El cuatro de marzo pasado el Senado aprobó en lo general la regulación sobre cannabis, es decir, los legisladores y partidos en su mayoría están de acuerdo en la legalización de la planta, sin embargo, quedan por definir algunos detalles.
Cabe señalar que el pleno del Senado tenía hasta el 30 abril para aprobar la regulación de la cannabis, pero debido a la pandemia por COVID-19, se pospuso para el 15 de diciembre, fecha en que termina el período ordinario de sesiones del Congreso de la Unión.
“Creemos que hay voluntad política, sin duda, hay muchos temas que hay que afianzar, temas técnicos, como la diferencia entre cáñamo y cannabis que es fundamental, el tema del autocultivo que se maneja mucho, el tema de los clubes cannábicos, etcétera, pero lo que vemos, sin duda, es que el uso medicinal parece que es la forma de abrir las puertas a la parte industrial”, señala Erick Ponce, presidente del Grupo Promotor de la Industria de Cannabis (GPIC).
Mercado potencial
México podría estar generando ingresos por 2,000 millones de dólares al 2025, si se logra desarrollar una industria alrededor de la cannabis, según estimaciones del GPIC, organismo fundado en 2018 y conformado por 20 afiliados entre empresas nacionales y extranjeras, científicos, inversionistas y potenciales productores relacionados o interesados en el impulso de esta industria.
Erick Ponce explica que las oportunidades para México están en el cultivo y en la manufactura, sobre todo en la parte medicinal, tanto por ser un país productor de cannabis como por su posición geográfica.
“Eso sólo hablando de cannabis, falta todo el tema del cáñamo, la derivación de fibras, textiles y demás. De hecho, en México y a nivel internacional el cáñamo es legal, en el supermercado se pueden conseguir semillas de cáñamo como suplemento alimenticio o hay derivados de plástico que utilizamos para la construcción, que son de cáñamo, pero está totalmente prohibido su cultivo, y ahí está justamente la oportunidad”, dice.
A diferencia de otros países, México tiene un clima y territorio para tener un año completo de ciclos de cultivo, cuando en Estados Unidos o Canadá son máximo dos al año, además de que el costo de producción en el territorio mexicano sería mucho menor que en esos países.
El directivo hace un llamado a la COFEPRIS para que acelere la publicación de los lineamientos en materia de control sanitario sobre la cannabis y derivados de la misma, lo que abriría el mercado medicinal en el país. Y también invitó a las empresas de la industria cosmética y de cuidado personal a sumarse al GPIC para impulsar nuevas opciones de desarrollo a partir del cannabis.