Se estima que a nivel mundial uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres padecerá cáncer en algún momento de su vida. Al año la enfermedad provoca la muerte de 9,6 millones de personas, mientras que se diagnostican más de 14 millones de nuevos casos.
Para generar conciencia entre la sociedad y avanzar tanto en la prevención como en el control de la enfermedad, la Organización Mundial de la Salud estableció el 4 de febrero como el Día Mundial contra el Cáncer. Se trata de un padecimiento que además del impacto en la salud física, también trae consecuencias en el bienestar mental y emocional de los pacientes.
Desde la perspectiva de la piel, el tratamiento del cáncer con radioterapia o quimioterapia causa fotosensibilidad, lo que puede generar resequedad, descamación o comezón. Algunos pacientes presentan enrojecimiento u oscurecimiento en la zona donde recibieron la radiación. También pueden aparecer llagas o erupciones leves. Incluso, como la piel tiende a ser más sensible de lo normal, puede quemarse con más facilidad con el sol.
Un paciente oncológico puede tener una piel muy seca porque la barrera cutánea se encuentra alterada por la quimioterapia, la hormonoterapia o la radioterapia; todo esto representa estrés oxidativo y alteración de la barrera cutánea que deriva en una piel muy seca o xerosis», explicó Rossana Janina Llergo, presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD)
Durante su intervención en el conversatorio virtual ‘Cuidados de la piel en pacientes con cáncer’, organizado por CANIPEC, la especialista comentó que en cualquier mucosa del paciente, por ejemplo, la boca, pueden aparecer manchas o hiperpigmentación. Las uñas también pueden mancharse.
Agregó que si además se trata de un adulto mayor, se requerirá extremar los cuidados para mantener en mejores condiciones la piel, pues esta se vuelve más frágil y sensible.
La recomendación, de acuerdo con la especialista, es que a partir del diagnóstico de cáncer se debe iniciar, de manera paralela, un tratamiento dermatológico para evitar problemas cutáneos y lograr una mejor calidad de vida durante el tratamiento oncológico.
Recomendaciones
En la actualidad existen diversas soluciones dermatológicas y dermocosméticas que pueden ayudar a aliviar los efectos colaterales de los tratamientos contra el cáncer. La clave es evitar la automedicación y los remedios caseros, y en su lugar acudir con un especialista.
Para los pacientes oncológicos es fundamental utilizar algún producto de fotoprotección, ya que la piel se encuentra extremadamente sensible. Además se requiere la aplicación de cremas emolientes que humecten e hidraten.
“En caso de hiperpigmentación, el manejo que en dermatología recomendamos es utilizar algunas cremas que tienen propiedades exfoliantes y despigmentantes como cremas que contienen urea, ácido láctico e hidroxiácidos, que ayudan a disminuir las manchas”, detalló la especialista.
La atención dermatológica de personas con cáncer también incluye dermolimpiadores, ya sea en barra o jabones líquidos. Estos permiten limpiar la piel de forma suave porque están formulados con humectantes como ceramidas, profilagrina y polidocanol, que además ayudan a disminuir la comezón.
En casos de radiodermitis grave, es decir, cuando la piel llega a ulcerarse por las radiaciones ionizantes de alta energía, lo adecuado es usar cremas con ácido hialurónico y antioxidantes. Estos ingredientes ayudan a que la piel se repitelice y se hidrate mejor. Incluso, se puede requerir de corticoides tópicos para desinflamar la piel, siempre bajo prescripción médica.
Con una barrera cutánea tan frágil no se recomienda utilizar esponjas o cepillos, sólo jabón y las propias manos. Después de cada sesión de quimio o radioterapia se sugiere aplicar agua termal y crema humectante.
“La crema humectante que se tiene en casa es adecuada, pero sí podemos darle más a la piel. Las cremas con ceramidas, profilagrina, polidocanol, urea o ácido hialurónico son ideales porque van a restaurar el manto lipídico, es decir, todas las grasas de la superficie de la piel que fueron alteradas; y además ayudan a equilibrar el pH de la piel”, aseguró Rossana Janina Llergo.
Así, los productos dermocosméticos o dermatológicos dirigidos a personas que están en tratamientos contra el cáncer deben contribuir a restaurar la flora cutánea normal, la microbiota, que es fundamental para que se mantenga el pH y para restaurar el manto lipídico.
La especialista mencionó que al tratarse de pieles hipersensibles, no sólo el sol suele dañarlas con más facilidad, sino también cualquier dispositivo electrónico que emite radiación, por eso es importante la fotoprotección.
En México el cáncer más frecuente es el de mama con alrededor de 27,500 casos anuales; le sigue el de próstata con 25,000; y en tercer lugar el de colon con 15,000. Ahora se sabe que entre 30 y 50% de los cánceres se pueden prevenir, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer (AMLCC).