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    Beneficios intensivos sostienen el auge de las mascarillas

    Apreciadas desde la antigüedad, las mascarillas fueron por mucho tiempo un elemento fundamental en el ritual de belleza de las mujeres griegas y egipcias. Y aunque en la era moderna su empleo decreció, en los últimos años este panorama se revirtió con las innovaciones que tanto en ingredientes como en aplicaciones inyectó al concepto la industria K-Beauty.

    Los avances científicos y tecnológicos, sin duda, han ayudado a que exista una amplia variedad de mascarillas con soluciones para todo tipo de imperfecciones faciales: arrugas, marcas de acné, manchas producidas por el sol, rojeces o irritación. Además de que favorecen la prevención antes que el tratamiento.

    Un estudio de mercado de Research and Markets señala que los estilos de vida acelerados, así como las preocupaciones por la contaminación, la eficacia y seguridad del producto, y el deseo de ingredientes que mantengan la piel con un aspecto joven y saludable, están impulsando el mercado de mascarillas faciales, lo que abre a los fabricantes nuevas oportunidades para innovar.

    El principal beneficio de las mascarillas faciales es que potencian la penetración y absorción de los activos en la piel debido a su alta concentración y biodisponibilidad. “Además, las mascarillas faciales son rápidas, convenientes y fáciles de usar, que es otro factor importante que impulsa el crecimiento del mercado”, asegura el estudio.

    Tan es así que hasta hace poco era un segmento exclusivo de mujeres, y a pesar de que sigue siendo predominante con un 70% de la cuota de mercado, ahora el 30% de la demanda proviene de hombres que han encontrado en las mascarillas un aliado para mejorar la apariencia del rostro.

    Karen Franklin, gerente de Capacitación de Missha México, explica que las mascarillas en principio son algo que las mujeres compran para ellas, pero que debido a los resultados también las comparten con sus parejas, por eso ahora muchas marcas cuentan con opciones especialmente para hombres.

    “Ellos ahora se animan más porque ya es algo para ellos, ya no se sienten tan excluidos porque antes solo había mascarillas para mujeres”, comenta la gerente en entrevista.

    Diversificación en aplicaciones e ingredientes

    Aunque hay quienes consideran que las mascarillas son una moda, la realidad es que la efectividad que han mostrado sugiere que llegaron para quedarse, pues según los pronósticos de Transparency Market Research, el mercado de las mascarillas faciales será de 551.3 millones de dólares en 2026, con un crecimiento estimado de 8.7% anual.

    En su reporte Mascarillas Faciales 2018, la compañía proveedora de soluciones de aplicación para la industria cosmética, Taiki USA, señala que estos productos no son una moda, ya que el desarrollo que hay detrás ha mejorado su efectividad, y por ende ha elevado su demanda.

    Comparada con las mascarillas –explica el documento– la eficacia de una crema o un suero es menor debido a que, si son de base acuosa, ésta se evapora con el aumento de la temperatura de la piel, lo que provoca que los activos no se absorban completamente por las células cutáneas.

    En cambio, las fórmulas que se aplican mediante un tejido similar a una gasa como las mascarillas, ayudan a crear una barrera contra el calor y a reducir la evaporación. La retención del calor de la piel dilata las células y las hace suficientemente grandes para absorber las moléculas de los ingredientes activos.

    “Nosotros tenemos distintas líneas, y la diferencia está en el material con el que están hechas. Las más sencillas tienen un efecto de 24 horas, pero tenemos otras más concentradas que su efecto dura hasta tres días”, explica Diana Salgado, gerente de Mercadotecnia de Missha México.

    En cuanto a materiales, las mascarillas más comunes son las de tela no tejida con una textura similar a la del papel, las hay en varios pesos y materiales que incluyen mezclas de algodón–poliéster y de algodón–rayón. Se pueden hacer de diferentes colores y formas.

    “Las máscaras no tejidas también ofrecen la mayor versatilidad de fórmula en comparación con otros tipos de máscaras de hoja. Su capacidad para absorber fórmulas y adherirse cómodamente a la piel ayuda a las empresas a innovar”, dice el documento de Taiki USA.

    Las mascarillas de hoja tienen mayor restricción en las fórmulas, y eventualmente irradian calor desde la piel, por lo que se requiere de materiales adicionales para evitar este efecto. Las de biocelulosa brindan hidratación y bloquean casi cualquier evaporación, aunque son un poco más pesadas. Sin embargo, se prevé que serán las de mayor crecimiento en los próximos años.

    El inconveniente es que los materiales para su elaboración vienen principalmente de Vietnam y Tailandia, lo que las encarece. No obstante, para los fabricantes el mayor desafío es fabricar un producto seguro para los consumidores, ya que pueden provocar la proliferación de hongos y bacterias.

    Las mascarillas de hidrogel, de acuerdo con Taiki USA, son el sistema más efectivo porque el material proporciona una vía para liberar los ingredientes activos directamente en la piel. Al ser más resistentes que un material no tejido, son más efectivas y cómodas para colocarlas en zonas específicas como debajo de los ojos o en la barbilla.

    Existen otras tecnologías como las mascarillas de agua que también son altamente efectivas para liberar los ingredientes activos en la piel; o las de goma que reducen la evaporación, aunque el material es más costoso.

    “Las que son de hidrogel ya son un poco más intensivas porque la forma en que se adhieren y permiten la absorción de los ingredientes es muy distinta, penetran mucho más, son más intensivos, de hecho podrían llamarse sueros”, comenta Karen Franklin.

    A decir de la especialista, el tipo de material determina la adherencia, por ejemplo, las mascarillas de hidrogel no requieren que la persona esté acostada para colocarlas, y además son anatómicas. La tendencia también apunta a que las mascarillas sean cada vez más delgadas y contengan una mayor concentración de activos para que el resultado se perciba de inmediato.

    En cuanto a los ingredientes, en el mercado se encuentran de todo tipo: arcillas, carbón activado y ácido hialurónico que se han puesto de moda; también hay derivados de frutas y plantas, agua salina, el clásico aloe vera, etcétera. Missha, por ejemplo, tiene mascarillas con fitonutrientes que ofrecen todas sus propiedades nutritivas a la piel, y son libres de parabenos.

    La situación en México

    La demanda en el mercado nacional, sin duda, va en aumento como comenta Diana Salgado, pues este producto tiene bastante aceptación entre mujeres y hombres, sobre todo en quienes buscan una solución a problemas de acné, antiedad, incluso, en quienes padecen rosácea o tienen la piel muy sensible, pero quieren mejorar el aspecto de la piel.

    Euromonitor Internacional destaca que las mexicanas están optando por rutinas de belleza cada vez más sofisticadas, y eso está impulsando el uso de mascarillas para obtener beneficios antiedad, hidratación o complementar la limpieza del rostro.

    “Gracias a la tendencia que favorece la prevención sobre el tratamiento, las mascarillas registraron un crecimiento significativo en 2017. Las mascarillas disponibles hacen una variedad de claims como la hidratación, el antienvejecimiento o el blanqueamiento, lo que las convierte en una buena opción para complementar el cuidado facial”, menciona la agencia de inteligencia de mercado.

    Karen Franklin añade que en México el ácido hialurónico ha tenido mucho éxito porque ayuda a rellenar las líneas de expresión; también considera que las mascarillas de carbón, que aquí todavía no se usan mucho, pero que en otros países están en auge, pronto podrían aumentar su demanda entre las consumidoras locales.

    En términos de innovación, la multifuncionalidad, las texturas, las sensaciones, la practicidad y la sustentabilidad, son los principios sobre los que se desarrollan los nuevos activos y formulaciones. Lo cierto es que en el mercado todavía hay oportunidades para crear productos diferenciadores y con un alto potencial de crecimiento.

    Verónica Alcántara

    Staff PM

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