Tras aprobarse la despenalización de la mariguana para uso recreativo, científico, médico e industrial, por parte del Senado de la República el pasado 19 de noviembre, México podría encaminase a abrir oportunidades de negocio por casi 2,000 millones de dólares hacia el 2028.
Si bien la “Ley general para la regulación del cannabis” aún debe ser revisada por la Cámara de Diputados, se prevé que para el 15 de diciembre —fecha en que concluye la actual legislatura— quede aprobada por esta.
Hace algunos meses la incubadora de negocios, Endeavor México, publicó el informe: “El cannabis en México. El debate y las oportunidades para una industria emergente”, en el cual señala que desde la perspectiva industrial podrían generarse nuevos negocios en México.
De los 2,000 millones de dólares que se estima abarcaría el mercado de cannabis en el país en 2028, casi 67% sería en el sector médico, 33% en el uso recreativo y menos de 0.1% en el mercado industrial.
“El discurso público sobre la regulación del cannabis se centra principalmente en el uso personal o medicinal, sin embargo, el cannabis industrial o cáñamo es una categoría de productos prometedora que podría tener una influencia transformadora en las comunidades rurales y producir grandes ganancias para el mercado mexicano”, asegura el informe.
La regulación que está por aprobarse en el Congreso Mexicano, apenas hace una diferenciación entre el cannabis psicoactivo y el industrial, de ahí que los activistas y especialistas en el tema, consideren urgente que haya un marco regulatorio específico para el cannabis industrial para sacar el mayor provecho de este mercado.
Las aplicaciones industriales del cannabis incluyen textiles —donde China representa más de la mitad de la producción mundial—, alimentos y bebidas, papel, materiales de construcción, alimentos para animales, cuerdas, forros de freno y productos para cuidado personal.
Actualmente más de 30 países permiten el cultivo de cáñamo —como también se le conoce al cannabis no psicoactivo— y todos ellos le llevan ventaja a México, incluyendo países latinoamericanos como Uruguay y Colombia.
“China produce 50% del cáñamo del mundo. Si nos tardamos mucho, no vamos a poder hacer competencia”, afirma en el informe de Endeavor, Raúl Elizalde, co-CEO de HempMeds, y quien fue el primero en el país en obtener una licencia para importar productos de CBD.
En México, hasta octubre de 2019, estaban registradas 549 marcas relacionadas con el cannabis, el tercer número más alto después de Estados Unidos y Canadá; de ellas, 122 estaban en el sector farmacéutico, aunque el avance regulatorio podría abrir nuevas categorías de negocios como alimentos, bebidas, belleza y cuidado personal.
Si bien no se tienen cifras de producción confiables para el mercado ilegal de cannabis, se estima que México es el segundo productor más grande del mundo; y según la DEA (Agencia de Control de Drogas de Estados Unidos), es el principal proveedor de esta planta para el mercado estadounidense.
En el país alrededor de 500,000 personas están involucradas en la cadena de producción del cannabis, y se cosechan entre 15,000 y 27,000 toneladas de producto anualmente, en particular en los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango, sin dejar atrás una significativa producción en Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca y Sonora.
“El Centro de Investigación de Política de Drogas de Estados Unidos estima que el comercio ilegal de drogas genera entre 6,000 y 8,000 millones de dólares en México cada año. Un kilogramo de cannabis puede venderse por más de 1,000 dólares en Estados Unidos, pero un cultivador mexicano gana entre 10 y 40 dólares por la misma cantidad de producto”, afirma el informe de Endeavor México.
Los activistas, empresarios y especialistas en el tema del cannabis consideran que México cuenta con todas las ventajas para crear una industria próspera entorno al cannabis, sobre todo en momentos en que la pandemia por COVID-19 ha generado una recesión económica cuyo mayor impacto está en los grupos más vulnerables, entre ellos, en los pequeños agricultores».
A diferencia de Canadá, Estados Unidos o Europa, la región de América Latina y, en especial México, cuenta con mejores condiciones climáticas y de costos para el cultivo del cannabis, y por lo tanto para desarrollar una fuerte industria cannábica legal.
México también cuenta con experiencia de muchos años en el cultivo de cannabis de buena calidad y lo que hace falta es contar con el marco legal para explotar el potencial de esta planta a escala industrial, más allá del consumo recreativo.
Por ahora, según destaca el informe “Mientras las grandes corporaciones avanzan de manera cautelosa con adquisiciones e inversiones selectivas relacionadas con el cannabis, el emprendimiento a más pequeña escala representa la mayor parte de la actividad de negocios en el mercado mexicano”.
Vea el informe completo en https://bit.ly/2ZjvyWg