Se prevé que la Gen-Z tenderá a consumir cada vez menos ante un escenario poco optimista y finanzas inciertas; pero también por un mayor consumo responsable y un deseo de mejorar la calidad de vida.
El panorama para los jóvenes de la generación Z pinta poco prometedor. Un estudio reciente de GfK, subsidiaria de Nielsen IQ, muestra que el 30% de los centenials están preocupados por cómo pagar sus cuentas. Además, el 21% son pesimistas sobre sus ganancias financieras.
La razón de esto es que se trata de una generación que enfrenta inseguridad económica, lo que los lleva a ser cautelosos a la hora de comprar. A diferencia de generaciones anteriores, estos jóvenes enfrentan dificultades para conseguir un empleo.
Felipe Mendes, vicepresidente de Tech & Durables vertical NIQ para Latinoamérica, explicó que si bien la Gen-Z cuenta con más preparación que sus antecesores, enfrenta una acelerada transformación tecnológica que le dificulta encontrar un empleo y lograr una vida económicamente equilibrada.
Además, son jóvenes que establecen una relación diferente con su trabajo porque buscan un equilibrio entre la vida personal y profesional. Para ellos, la salud mental está por encima del tiempo dedicado al trabajo. Es por eso que el 48% de la generación Z busca adquirir productos que ayuden a llevar un estilo de vida saludable, según el estudio de GfK.
“Está claro que, además de ser difícil esta travesía profesional, tendrán una relación laboral diferente a la de generaciones anteriores. Por lo tanto, es de esperar que esta limitación económica los acompañe de alguna manera a lo largo de su vida”, destacó el directivo.
Gen-Z impulsa el consumo responsable
La emergencia climática que les ha tocado vivir, y las redes sociales donde este y otros temas se viralizan, hacen que la Gen-Z esté más preocupada por el consumo responsable que las generaciones anteriores.
De hecho, el 50% de los centenials asegura sentirse culpable cuando realiza una acción que puede ir en contra de este principio. Asimismo, el 83% cree que las marcas también deben ser conscientes de estos problemas.
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“La visión de consumo de esta generación es tener acceso a productos reciclados, incluso de segunda mano, y usarlos durante mucho más tiempo. Es un tema muy presente en sus vidas y se ve estimulado por las tendencias ESG (Medio ambiente, sociedad y gobernanza)”, agrega Felipe Mendes.
Para las marcas será un desafío abordar a los jóvenes de la generación Z, ya que son más conscientes de sus hábitos en beneficio del planeta. Y este nuevo compartamiento implica reorientar el consumo y rediseñar modelos de negocio.
“Los fabricantes se convertirán cada vez más en empresas de servicios, aportando modelos de compra más económicos, ofreciendo productos por suscripción y mantenimiento”, sugiere Felipe Mendes.