El Centro de Investigación y Desarrollo de Amorepacific reveló que la mascarilla usada para protegerse del COVID-19 afecta la zona de la piel circundante a la boca.
Luego de monitorear los cambios que sufre la piel con el cubrebocas, los investigadores descubrieron que al poco tiempo de traerla puesta, las personas experimentan un aumento en la temperatura cutánea y enrojecimiento.
Podría suponerse que las condiciones generadas por la mascarilla ayudarían a mantener la piel humedecida. Sin embargo, el estudio encontró que esta se reseca debido al calentamiento del aliento, producto del aumento de la temperatura corporal.
“A medida que la sequedad de la piel continúa, disminuye la elasticidad y con ello la aparición de arrugas, lo cual conduce al envejecimiento. Por lo tanto, el área de la piel cubierta por el cubrebocas requiere de un tratamiento hidratante y calmante adecuado para la piel”, afirma el estudio.
Otras investigaciones en torno al uso del cubrebocas se han centrado en el personal de salud que los utiliza por largos períodos. Sin embargo, lo relevante del estudio de Amorepacific es que se enfocó en personas no dedicadas a la atención médica, mostrando que el uso de la mascarilla puede causar problemas en la piel, incluso, si se trae por poco tiempo.
A partir de los hallazgos de esta investigación, la compañía coreana de belleza espera desarrollar soluciones que ayuden a evitar o disminuir los daños causados en la piel por el cubrebocas.