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    Cosméticos: penetración dérmica y reacciones adversas. Impacto en la seguridad de los consumidores

    penetración dérmica de cosméticos

    El aumento de las reacciones adversas asociadas a la penetración dérmica de cosméticos, plantea la posibilidad de adoptar un sistema de cosmetovigilancia. Un sistema que ayude a controlar, dar seguimiento y evaluar el uso de los productos cosméticos y de cuidado personal.


    Autores: Dr. Sergio Alcalá Alcalá, profesor-investigador, Facultad de Farmacia-UAEM; LF. Frida Aronda Naranjo Ortega, estudiante de Licenciatura en Farmacia, UAEM; Dra. Diana Lizbeth Gómez Galicia, profesora-investigadora, Facultad de Farmacia, UAEM; Dr. Sergio Alberto Bernal Chávez, profesor-investigador, departamento de Ciencias Químico-Biológicas, UDLAP


    Desarrollo seguro de productos cosméticos

    Los productos cosméticos se han vuelto una necesidad básica de belleza, higiene, y protección. El mexicano destina 7.33% del gasto corriente en productos de cuidado personal. El consumo masivo y la elevada demanda posicionan a la industria cosmética como una de las más rentables.

    Hasta antes del caso ‘Talco Morhange’ ocurrido en Francia en 1972, los cosméticos se consideraban seguros. Sin embargo, este hecho —donde por un error de envasado se registraron 36 decesos en bebés y más de 200 intoxicaciones— evidenció un vacío legal que sirvió de alerta a las autoridades para establecer medidas de seguridad (1976, Directiva 76/768/EEC)1.

    El control de cosméticos se ha difundido ampliamente, generando leyes, normas y guías para producir, envasar, almacenar, distribuir y venderlos. Las GMP’s (ISO 22716) son de carácter obligatorio en la Unión Europea.

    En México, se cuenta con lineamientos para que los productos de belleza no causen daños a la salud. Entre ellos:

    • Ley General de Salud (Art. 269-271).
    • Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios (Art. 190-192).
    • NOM-141-SSA1/SCFI-2012.
    • Acuerdo de sustancias prohibidas y restringidas en la elaboración de cosméticos (DOF, 2012).

    No obstante, a pesar de estas directrices de calidad, se ha visto un aumento en el número de ‘Reacciones Adversas asociadas a Cosméticos’ (RAC). Alteraciones que muchas veces son subestimadas e impiden conocer el número real.

    Por eso las tendencias apuntan hacia el ‘desarrollo seguro’ y natural de cosméticos. Se observa un enfoque  en la selección adecuada de ingredientes, así como en la seguridad, eficacia, calidad y certificaciones (EcoCert®, Bio®, entre otras).

    Cosméticos, que sí y que no

    Los cosméticos son productos que se aplican sobre la piel y sus anexos con fines higiénicos, de mantenimiento, protección o decoración. No pueden ser ingeridos, inhalados, inyectados o implantados en el cuerpo. Esto deja de manifiesto que los efectos sistémicos no son una opción.

    Por su uso previsto, las RAC se centran en la aparición de lesiones en la zona de aplicación2 (Figura 1), asociadas con un bajo grado de permeación. Sin embargo, reacciones sistémicas generadas por un alto grado de permeación, como dolor de cabeza y síntomas gastrointestinales, han sido reportadas al uso de cosméticos.

    Permeación cutánea de cosméticos

    El estrato córneo, la capa más externa de la piel (3-20 mm), es una barrera eficiente de protección contra la entrada de materiales exógenos. Esta capacidad se debe a su estructura altamente organizada de lípidos extracelulares, proteínas y corneocitos.

    La naturaleza de las sustancias, el sitio anatómico, la edad y la densidad apendicular, son factores que influyen en la velocidad de paso y en el grado de penetración dérmica de dichos compuestos cosméticos.

    penetración dérmica de cosméticos
    Figura 1. Zonas del cuerpo que pueden ser afectadas y productos cosméticos que comúnmente pueden dar lugar a un efecto no deseado

    Las sustancias químicas pueden atravesar el estrato córneo y penetrar las capas profundas mediante tres mecanismos (Figura 2). 1- Absorción transcelular; 2- Absorción intercelular; y 3- Absorción apendicular. El impacto es relativo, ya que poros y folículos pilosos abarcan sólo entre 0.1% y 1.0% del área total de la piel, pero es significativo a nivel de cuero cabelludo3.

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    Figura 2. Mecanismos de transporte de sustancias a través de la piel. ICA: Ingrediente cosmético activo

    Este transporte es difusional, donde la partición por solubilidad de la sustancia entre el vehículo (formulación) y la piel, y el diferencial de concentración entre ellos, son relevantes.

    Grado de penetración cutánea

    Se reconocen tres grados de permeación, en función del nivel de profundidad cutánea, que alcanzan las sustancias en la piel4:

    A) Contacto e imbibiciónPermeación a nivel de estrato córneo; aplica a cremas limpiadoras, geles, mascarillas, maquillajes, entre otros.
    Grasas minerales como los hidrocarburos (parafinas y vaselinas), siliconas, ceras y alcoholes grasos (cetílico, estearílico) tienen este efecto superficial, no cruzan, forman una capa oclusiva.
    B) PenetraciónSe alcanzan zonas más profundas, sin ir más allá de la epidermis. Aplica a cremas hidratantes, emolientes, nutritivas, entre otros.
    Aquí se puede dar una penetración superficial (a estratos inferiores al córneo) como la que generan aceites vegetales y animales, mantecas y ésteres grasos.
    También se puede dar una penetración epidérmica profunda (a estrato basal) vía disolventes (etanol y propilenglicol), ésteres de glicerol, vitaminas, urea y aminoácidos.
    C) AbsorciónAlcance de la circulación sistémica; algo más que una acción local.

    Los grados A y B  son deseables y se ajustan al concepto y funcionalidad de un cosmético; mientras que el grado C les queda prohibido.

    Evaluación de la permeación cutánea

    Están disponibles métodos in vitro, ex vivo e in vivo. Los dos primeros emplean piel animal o piel humana extirpada (por cirugía estética o autopsia), o cultivos celulares que dan la arquitectura de la piel. Tienen buena predicción de la permeación de forma directa o indirecta; y utilizan celdas de difusión estáticas o de flujo continuo.

    Los métodos in vivo miden de forma directa la permeación cutánea. Su ventaja es el estado metabólicamente activo e intacto de la piel a nivel fisiológico. Se emplean técnicas como extracción con tiras adhesivas (tape stripping) o seguimiento en sangre de algún ingrediente.


    Se publica NOM sobre Buenas Prácticas de Fabricación de cosméticos

    Protectores solares: fundamentos de aplicación, seguridad, eficacia y regulación


    El reto actual es la estandarización, armonización y validación, pues las pautas en cosméticos sugieren que la penetración dérmica debe expresarse como cantidad absoluta retenida (μg/cm2 de piel). Esta será considerada como cantidad permeada sin contribución sistémica, pero para la evaluación de riesgos sí debe ser considerada5.

    Riesgos en la absorción sistémica de cosméticos

    La absorción transdérmica es un elemento clave en la seguridad de los productos cosméticos. En especial para aquellos cuya exposición y permanencia sobre la piel es alta, como los de skin care. Entre ellos cremas y lociones corporales, antitranspirantes y protectores solares. Son productos de uso diario y no se enjuagan, lo que podría derivar en una absorción sistémica.

    Antitranspirantes

    Entre los casos más documentados están los antitranspirantes. Las sales de aluminio se utilizan desde 1903 a concentraciones altas (10-30%). Se había asumido que la piel intacta sería una barrera eficaz para la absorción de aluminio. Sin embargo, tras su uso se ha encontrado un 0.012% de clorhidrato de aluminio en la orina después de una aplicación en axilas; además de hiperaluminemia (>104,7 μg/L) con quejas de dolor óseo después de cuatro años de uso6, 7.

    Protectores solares

    En protectores solares, los filtros UV han causado fotosensibilidad y reacciones alérgicas. Las nanopartículas de titanio (TiO2) y zinc (ZnO) se propusieron como filtros físicos debido a sus ventajas tecnológicas. No obstante, estudios de permeación cutánea reportaron penetración a nivel del estrato granuloso y bioacumulación8.

    Respecto a los filtros orgánicos, algunos no son fotoestables, por lo que degradan los fotoproductos. Esto resulta en reducción de eficacia y toxicidad potencial, como los del metoxicinamato de octilo (OMC), que penetran la piel y ocasionan alteraciones endocrinas. Mientras tanto, las benzofenonas y sus derivados se acumulan en tejidos como hígado, placenta y tejido cerebral9, 10.

    Tintes capilares

    Los tintes capilares son utilizados por más de un tercio de las mujeres mayores  de 18 años. Estos productos contienen más de 50 sustancias químicas, algunas con propiedades mutagénicas y de alteración endocrina, como las aminas aromáticas.

    La parafenilendiamina (PPD) es utilizada en tintes permanentes; al contacto presenta una biodisponibilidad de 0.54 a 2.52%. Sus derivados, o-nitro-p-fenilendiamina y para-toluendiamina (PTD), son altamente sensibilizantes, con síntomas respiratorios, e incluso anafilácticos11, 12.

    En general, los reportes de RAC están referidos a perfumes, fragancias, tintes, cremas, depilatorios, desodorantes y antitranspirantes, con informe de dermatitis alérgica y atópica, irritación, sensación de ardor y picor leve (Figura 3).

    penetración dérmica de cosméticos
    Figura 3. Reacciones adversas asociadas a cosméticos (RAC) (barras) en relación con grupos de cosméticos (pastel). UA: Unidades arbitrarias

    Sin embargo, estudios han reportado que algunos ingredientes utilizados en la formulación de cosméticos tienen la capacidad de penetrar a nivel de la dermis. Y podrían estar relacionados con la aparición de cáncer de mama, cáncer de vejiga y linfoma.

    Perspectivas de un sistema de cosmetovigilancia

    Es imperante que dentro de la regulación se implementen sistemas de identificación de RAC para cosméticos de alto riesgo. Lo mismo que donde no se conoce el impacto a largo plazo en la salud pública.

    Dado que las RAC son leves y transitorias, no todas son consideradas como un ‘problema’ y no se notifican. Cuando ocurren, simplemente el consumidor deja de usar el producto, sin posibilidad de información para otros consumidores.

    La primera vez que se aplicó el concepto ‘vigilancia de seguridad de productos cosméticos’ fue en Francia en 1997. Y correspondió a la Agencia Nacional para la Seguridad de Medicamentos y Productos Sanitarios (AFSSAPS). Hoy se reconoce como cosmetovigilancia a nivel mundial. Es un concepto de salud pública, el cual ayudaría a solucionar la problemática de inseguridad en el uso de cosméticos. Esto mediante la recopilación, evaluación y seguimiento de RAC durante o después del uso normal13.

    El caso de la Unión Europea

    El sistema se ha implementado de manera obligatoria en países de la Unión Europea, soportado por la legislación. Además ha otorgado a la industria cosmética la responsabilidad de comercializar productos seguros, incluido el seguimiento poscomercialización.

    El Reglamento (CE) 1223/2009 estableció bases para una gestión uniforme de los efectos no deseados atribuibles a la utilización de productos cosméticos. El ‘efecto no deseado’ lo define como “una reacción adversa para la salud humana atribuible a la utilización normal o razonablemente previsible de un cosmético”.

    Mientras que el ‘efecto grave no deseado’ lo define como “el que produce una incapacidad funcional temporal o permanente, una discapacidad, una hospitalización, anomalías congénitas, riesgo inmediato para la vida o la muerte”. Así, la Asociación Europea de Cosméticos (COLIPA) emitió una guía para la gestión de informes de efectos indeseables. Este incluye un método de evaluación de la causalidad, como una medida de la relación de causa y efecto entre un cosmético y una manifestación clínica específica 13,14.

    La implementación

    Las etapas de la cosmetovigilancia incluyen el monitoreo de RAC, cantidad y perfil, además de la adopción de medidas preventivas o correctivas cuando sea necesario. Su implementación implica facilitar la comunicación del consumidor con el fabricante, para que ninguna de las partes se vea afectada.

    En la práctica, se notificarían los ‘efectos no deseados’ —incluidos los graves— identificados por mal uso o no de los cosméticos. Se consideraría la naturaleza y ubicación de los síntomas, así como la existencia de posibles factores de confusión.

    Respecto a la causalidad, se analizaría la evolución y puntuación de elementos cronológicos y semiológicos. Por ejemplo, COLIPA se basa en tres criterios: sintomatología, cronología y resultados de pruebas específicas14.

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    Figura 4. Evaluación de la causalidad de los eventos adversos mediante categorización. Las notificaciones de los eventos adversos pueden ser analizados usando seis niveles: irrelevantes, sin suficiente información, improbables, posibles, probables y certeros14

    La vigilancia ha hecho posible la detección de alérgenos emergentes como la vitamina K3 y la disminución de sensibilizadores como la PPD y PTD en tintes. También ha permitido la detección de fotosensibilización al octocrileno, generación de alertas de sensibilidad o medidas de precaución, entre otros hallazgos y éxitos.

    El número de notificaciones de RAC en la Unión Europea apenas alcanza los 200 por año. Parece una cifra baja si se consideran las más de 10,000 notificaciones identificadas anualmente por la tecnovigilancia (dispositivos médicos). En general, las RAC son fáciles de investigar y documentar, como se aprecia en el algoritmo de la Figura 4.

    Conclusiones

    Todavía hay pocos estudios disponibles que evalúan la permeación cutánea de cosméticos desde una perspectiva científica, de salud y de identificación de RAC. Por lo tanto, existe la oportunidad de generar investigación sobre los riesgos potenciales de la penetración dérmica de cosméticos.

    Lo anterior soportado en la cosmetovigilancia como modelo de control, seguimiento y evaluación del uso cosméticos.  También como referencia para tomar acciones correctivas por parte de los fabricantes, sin tener que retirar productos del mercado y dar seguridad al consumidor.

    Referencias

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    2. Di Giovanni, C., Arcoraci, V., Gambardella, L., & Sautebin, L. (2006). Cosmetovigilance survey: Are cosmetics considered safe by consumers? Pharmacological Research, 53(1), 16–21.
    3. Honari, G. (2017). Skin structure and function. In Sensitive Skin Syndrome, Second Edition (pp. 16–22). CRC Press.
    4. Sabater, I., & Mourelle, L. (2013). Cosmetología para estética y belleza  (1° Edición). McGraw-Hill/Interamericana de España, S.L.
    5. World Human Organization WHO. (2009). Environmental Heath Criteria 235 Dermal Absorption. WHO Press, 92(3), 157235–102.
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    9. Paiva, J. P., Diniz, R. R., Leitão, A. C., Cabral, L. M., Fortunato, R. S., Santos, B. A. M. C., & de Pádula, M. (2020). Insights and controversies on sunscreen safety. In Critical Reviews in Toxicology (Vol. 50, Issue 8, pp. 707–723). Taylor and Francis Ltd.
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