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    Desarrollo de champús y acondicionadores Zero waste

    El inicio de la ‘Era de los polímeros’ —como la denominó el premio Novel de química Paul Jhon Flory— marcó una tendencia de consumo cuya premisa ha sido desde entonces “Todo es desechable”. La creación de los plásticos permitió desarrollar productos con un sinfín de formas, pesos, texturas y colores, con aplicaciones en prácticamente todas las industrias.

    La funcionalidad de los plásticos también ayudó a sustituir el acero, ciertas fibras naturales y el vidrio. Sin embargo, el uso irresponsable, la sobreproducción y la falta de estrategias para reciclar estos materiales derivados, en su mayoría, del petróleo, ha provocado que contaminen los suelos y las aguas del mundo.

    Es un gran reto la sustitución de los plásticos. Aunque las investigaciones y los nuevos desarrollos se han enfocado en los biopolímeros por ser biodegradables, lo cierto es que hasta ahora han resultado ineficientes para cumplir con las normas de envasado de múltiples productos, entre ellos alimentos y cosméticos.

    Se han desarrollado mezclas de polietileno (PE), politereftalato de etileno (PET), entre otros; también se han usado plantas o composta, sin embargo, el proceso de reciclaje es costoso. Un estudio realizado por la Universidad Politécnica de España llegó a la conclusión de que aún no se cuenta con tecnología para la separación de residuos que combinan biopolímeros y derivados del petróleo.

    Frente a las más de 2,100 millones de toneladas de basura que se generan al año en el mundo, es urgente actuar para reducir el grave impacto ambiental. La llamada economía circular plantea migrar a un modelo sustentado en principios como regenerar, optimizar, reutilizar y reciclar. En este contexto, surge la tendencia zero waste, que promueve la reducción y eliminación de residuos, y pugna por el uso de materiales ecoamigables.

    En la industria cosmética se avanza gradualmente en el desarrollo, tanto de ingredientes biodegradables como de empaques reciclables o reutilizables. Así han surgido conceptos como las barras sólidas que en los últimos años han tomado fuerza. Este el caso de los champús y acondicionadores sólidos, que permiten reducir de manera significativa el uso de empaques.

    Barras sólidas, opción ecoamigable

    Desde la perspectiva ecológica, las presentaciones en barra generan un impacto menor que las versiones líquidas puesto que en la mayoría de los casos no requieren de agua para su formulación ni de un empaque para su comercialización. Sin embargo, desde el punto de vista económico, las fórmulas sólidas tienden a incrementar sus costos debido a que los ingredientes suelen ser de especialidad.

    En cuanto al rendimiento, un champú en barra de entre 100 g y 150 g dura en promedio 15 días, mientras que uno líquido de entre 750 ml y 1000 ml puede durar el doble de tiempo. Por consiguiente, tomando en consideración la situación del mercado mexicano, los formatos en barra podrían dirigirse sobre todo a aquellos consumidores conscientes de los problemas ambientales, dispuestos a pagar un poco más por un producto con un impacto menor al planeta.

    La fabricación de jabones se fundamenta en la saponificación, una propiedad química que tienen las grasas de desdoblarse en glicerina y sales alcalinas de los ácidos grasos por la acción de un álcali. Se formulan con ácidos grasos de cadena larga como el ácido láurico, esteárico, palmítico, oleico, aceite de coco o palma, compuestos inorgánicos, aditivos, colorantes y perfumes. Otra forma es usar los conocidos surfactantes (aniónicos, anfotéricos, catiónicos) y algún agente de consistencia para dar dureza a la barra.

    En el caso de los acondicionadores, para dar dureza a las barras, muchos proveedores de ingredientes se han dado a la tarea de facilitar las aplicaciones con el desarrollo de mezclas de bases sólidas de tensoactivos catiónicos con alcoholes grasos como alcohol cetílico y estearílico, entre otros. Un ejemplo es la mezcla de Behenamidopropyl Dimethylamine, Dipalmitoylethyln Hydroxyethylmonium Methosulfate, Cetyl Alcohol, Stearyl Alcohol and Lactic Acid; viene en forma de pellets, y se recomienda que el producto final tenga un pH de 3.0 o 4-0.

    Otro ejemplo con esta función es la mezcla de Cetearyl Alcohol (and) Behentrimonium Methosulfate, su presentación es en pastillas, y también se sugiere que el producto final tenga un pH de 3.0 o 4.0, que es el rango habitual de los acondicionadores.

    Ingredientes estructurales

    Aceites

    Nombre                                           Propiedades
    Aceite de argánReestructurante e hidratante
    Aceite de avellanas  Rico en ácido oleico, ácido linoleico y ácido palmítico; acción emoliente e hidratante
    Aceite de germen de trigoContiene ceramidas, ácido linoleico y vitamina E; confiere estimulación capilar y antirradicales libres
    Aceite de crisantemo  Rico en metabolitos, flavonoides, taninos y oligoelementos; actúa como fotoprotector, purificante, antiséptico y protector de coloración de la fibra capilar
    Aceite de zanahoriaPosee betacarotenos con función antirradicales y cuidado de la fibra capilar
    Aceite de copaíba  Acción antiseborreica y antiinflamatoria; recomendado para tratamientos anticaspa; contiene betacariofileno y selenio
    Aceite de acaí  Contiene Omega-6 y flavonoides; forma una capa de protección, genera brillo y puede utilizarse como un sustituto de siliconas
      Abyssinian Oil  Cuenta con Omega-6, Omega-9, brasicasterol, fitoesterol y tocoferol; mejora la peinabilidad de la fibra capilar en húmedo y seco; disminuye el quiebre y las puntas abiertas; genera brillo
      Aceite Pracaxi  Alternativa natural a los tensioactivos y agentes catiónicos en los productos para el cabello, gracias a su alta concentración de ácido behénico y de ácidos grasos; proporciona acondicionamiento, elimina el frizz, hidrata la fibra capilar, incrementa el brillo y mejora la peinabilidad en seco y húmedo

    Mantecas

    NombrePropiedades
    Manteca de karité  Rico en ácido esteárico, oleico, linoleico, palmítico, linolénico y araquídico; confiere acondicionamiento a la fibra capilar
    Manteca de tucumá  Contiene ácido láurico, alternativa al uso de silicones; ofrece acondicionamiento y brillo a la fibra capilar
    Manteca de pistachoPosee lípidos, fitoesteroles y vitaminas; brinda acondicionamiento, reparación, acción anticaída y antioxidante, protege el color
    Manteca de palmaAbundante en ceramidas y vitamina E; proporciona acción antioxidante y antirradicales

    Agentes de consistencia y emulsionantes

    En el mercado existe una gran variedad de ceras para dar dureza a las barras, entre ellas cera micro cristalina, de abeja, alcoholes grasos, estearatos de glicerilo, ceras derivadas del girasol, emulsionantes derivados del aceite de oliva y avena. Será importante tener en cuenta que puedan aplicarse en pH mayor a 9.

    Tensoactivos

    Para mejorar la espuma se pueden adicionar surfactantes derivados de sulfatos, betaínas, óxidos de amina o glucósidos, que ya son conocidos para formulaciones de shampoo líquido. Un surfactante de baja irritación recomendado para barras de jabón opacas y transparentes es el Potasium Olivate (INCI: Water, Potasium olivate), derivado del aceite de olivo y del potasio con certificación ECOCERT.

    Otro surfactante sugerido para estabilizar la espuma es un derivado de aminoácidos del jugo de manzana (INCI: Sodium Cocoyl Apple Amino Acids), el cual genera burbujas compactas y proporciona acondicionamiento a la fibra capilar, ayuda a mantener la función de barrera de la piel (TEWL) y disminuye la irritación de la misma. Es un agente que también cuenta con certificación ECOCERT.

    Activos, aditivos y proteínas

    Minerales sólidos. Para desarrollar champús y acondicionadores en barra innovadores se pueden adicionar arcillas de diversos colores; con ellas pueden ofrecerse múltiples beneficios: tratamiento détox, propiedades astringentes, acción antidescamación, control de grasa, reducción en la fuerza de peinado o protección de color.

    Carbón activado. Es un ingrediente considerado détox que ya se encuentra en múltiples formulaciones, y no podría faltar en un champú en barra.

    Las proteínas hidrolizadas o cuaternizadas de trigo, colágeno, elastina, maíz y miel ayudan a mejorar la suavidad, brillo y resistencia de la fibra capilar.

    Extractos

    TradicionalesCaléndula, cola de caballo, miel, manzanilla, romero
    AntialopeciaCapuchina, ginseng, lúpulo
    AntioxidanteCebada, espino blanco, flor de loto
    AnticaspaCiprés, frambuesa, mejorana, mirto, ortiga picante
    CirculaciónGuaraná, hibiscus, nuez de cola, naranjas amargas

    Aditivos

    Los aditivos agregan valor a las fórmulas sólidas de champú y acondicionador; entre ellos se encuentran minerales, extractos oleosos, proteínas hidrolizadas, colorantes y fragancias.

    IQI Ana Laura Martínez

    Especialista en I+D

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